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22/5/12

Seguro de la inseguridad.

Mirando el tiempo y las sensaciones me doy cuenta de la verdad. Una verdad dolorosa o simplemente verdadera que puede que no sea más que un trozo de circunstancia. Una circunstancia que me hace volar y hundirme.
Me gusta sentirlo y me duele a la vez. Un trozo de ilusión cargada una vez más en el hardware de mi corazón. Y que sigue avanzando pero se estanca y tiene dudas o simplemente errores de compilación. Es algo que me persigue, como un programa mal ensamblado.
Y aún siendo consciente de que las cosas van perdiendo energía estoy deseando que la solución llegue.
¿Pero cuál es la solución?
No la sé. No lo sé. Hay momentos en los que lo que se siente es lo que vale y lo que se percibe es lo que funciona.
Y la función es latente. Latiendo lentamente. Y perdiéndose en las ganas aún teniendo fuerzas para avanzar. Hacia adelante.
Hoy es el día en el que el tiempo dice basta y se congestiona en una sonrisa y no en un abrazo. En un contacto leve y no en un beso. En un suspiro y no en un aliento.
Hoy es el día en el que el momento se esfuma en un bostezo y en una ligera realidad que se complementa con la congoja de lo que no puede ser.

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